Ya no nos despedimos, simplemente desaparecemos

Ya no nos despedimos.

Simplemente dejamos de responder a sus mensajes o de recibir sus llamadas.

Fingimos que no la conocemos realmente cuando la vemos, actuamos como extraños, fingimos que no la hemos lastimado y subestimamos su dolor.

Somos demasiado egoístas para tener en cuenta sus sentimientos, así que ni siquiera decimos una palabra amable, ni siquiera les damos un abrazo cálido y ni siquiera queremos preguntarles si están bien.

Nos distanciamos, casi invisiblemente, para que ni siquiera intenten alcanzarnos, para que no pretendan pedir un final ni pedir nada.

Los vemos y vamos hacia el otro lado para que ni siquiera tengamos que mirarlos a los ojos y verlos mirarnos. No queremos recordarnos a nosotros mismos que somos la causa de su tristeza.

Nos despedimos poco después del saludo. Nos despedimos antes de conocerla mejor. Nos despedimos antes de entenderlos, y nos despedimos sin siquiera escuchar lo que tienen que decir o cómo se sienten.

Tomamos esta decisión de manera egoísta porque eso es todo lo que sabemos.

Nos despedimos porque hemos encontrado algo mejor, algo más emocionante, algo que queremos más, así que simplemente dejamos caer a las personas como pelotas de tenis y las reemplazamos fácilmente por otras siempre que sigamos jugando.

Nos despedimos y no esperamos que nadie salga lastimado porque no hicimos promesas.

No les debemos nada, deliberadamente hemos mantenido todo relajado y divertido para que nadie se tome nada en serio, o al menos nos decimos a nosotros mismos para convencernos de que no lo veíamos venir; que no conseguimos que entraran y luego decidimos no atraparlos.

Contenido

Ya no nos despedimos.

Ya no explicamos nada.

No estamos tratando de asegurarnos de que la otra persona esté bien. Solo nos vamos.

Conocemos a la próxima persona, reservamos otro boleto, salimos del país y tomamos decisiones sin darnos cuenta de que alguien nos estaba esperando, que alguien quería ser parte de nuestras vidas, que alguien quería planificar su futuro con nosotros.

Desaparecemos y ni siquiera miramos atrás y ni siquiera intentamos volver.

Nos vamos porque irnos es más genial, irnos es más fuerte, irnos te convierte en el gobernante, así que en lugar de quedarnos, seguimos adelante y nos preguntamos por qué terminamos solos o en relaciones insatisfechas.

Ya no nos despedimos, preferimos que nos dejen solos. Yo no te quiero. No vales mi tiempo, no lo siento, te rompí el corazón porque nunca fue mío.

Deja un comentario

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad

jp789