Nunca olvidaré el día en que te conocí. Nunca olvidaré lo que sentí por ti.
Nunca olvidaré que en una época en la que todo estaba oscuro, vi una luz en ti. Me preparaste para algo mejor. Me hiciste creer que a veces, cuando estás a punto de perder la esperanza, Dios te enviará a alguien para recordarte que la belleza todavía existe y que puede mover todos los nervios y venas de tu corazón. Puede bombear vida de regreso a tu corazón y de regreso a tu alma.
Nunca olvidaré que en un momento en que quería entregarme, tú me diste algo por lo que luchar. Me recordó que la vida todavía vale la pena vivirla. Has vuelto a despertar mi fe en las personas y su amabilidad.
Me hiciste creer en un mañana mejor. Le diste sentido a mi vida. Eras como una respuesta que nunca hubiera creído correcta. Eras como una prueba que nunca pensé que pasaría. Eras como un regalo que nunca pensé que obtendría.
Nunca olvidaré que primero me hiciste dormir con una sonrisa en mi rostro en lugar de las lágrimas que corrían por mi rostro todas las noches. Nunca olvidaré que me hiciste soñar sueños felices y despertar y querer vivir todos y cada uno de ellos.
Nunca olvidaré que tú también te sentiste como un sueño, y eso me hizo volver a creer en los sueños. Me hizo volver a creer en los milagros. Me hizo creer en el universo y en toda su magia.
Nunca olvidaré lo que sentí por ti. Ni siquiera si ya no nos vemos. Incluso si perdemos el contacto y nos movemos a diferentes continentes y perdemos nuestro número. Nunca te olvidaré.
Siempre recordaré que estuviste conmigo en el momento de la renovación. En un momento de despertar. En un momento de curación. Nunca olvidaré que me sanaste en muy poco tiempo.
Nunca olvidaré lo que sentí por ti porque por primera vez en mucho tiempo sentí algo real. Volviste a encender la chispa que se apagó hace mucho tiempo. Reestableciste una conexión perdida y nunca pensé que la encontraría. Sentí todo contigo después de no sentir nada en años.
Y siempre te estaré muy agradecido por eso. Gracias por recordarme que todavía vale la pena vivir la vida. Gracias por recordarme que la vida sigue siendo mágica. Gracias por recordarme que los corazones tiernos se sienten unos a otros. Los ojos amables se reconocen. Y un simple toque de la persona adecuada puede curar cualquier parte rota de tu corazón.