Me perdiste con cada mensaje que no me respondiste. Con cada llamada que rechazó porque no era apropiado que hablara conmigo en ese momento. Con la falta de amor que me diste y que acepté porque pensé que cambiarías, que mi gran amor te cambiaría. Pero, lamentablemente, nunca lo hizo …
Me perdiste un poco más con cada plan cancelado que teníamos porque siempre era más agradable y más emocionante para ti salir con los chicos y quedarte fuera hasta altas horas de la noche y excitarte con todas las chicas con las que venías. Me perdiste con tus breves y confusas respuestas a mis preguntas.
Con tus manos que quitaban mis manos de tu cuerpo cada vez que quería abrazarte. Me perdiste un poco más cada vez que tenías que irte tan “de repente” porque supuestamente tenías prisa y en realidad no tenías nada mejor que hacer.
Simplemente no viste que te amaba más que a mí mismo y, para ser honesto, eso es también lo que más lamento: que le di todo mi amor a alguien que no se merecía ni el más mínimo pedazo de mí. Alguien que no podría estar agradecido de tenerme cerca.
No te gustó ser tan honesto contigo. Querías que dejara de darte todo mi amor y cariño, que dejara de hablar de mis sentimientos porque a veces te asfixiaban. No sabías cómo era el verdadero amor, así que tampoco pudiste aceptar completamente mi gran amor. Simplemente no podías devolverlo …
Y así me perdiste día a día, poco a poco, más sin ni siquiera darte cuenta. Con tus preguntas estúpidas y sin sentido, sin ningún esfuerzo por hacerme realmente feliz y con tu decisión de poner a otras personas por encima de mí, me perdiste. Porque yo … yo era solo una opción para ti, ¡nada más!
Me perdiste cuando me iba a la cama solo todas las noches y me preguntaba por qué no me amas como yo te amo y por qué no soy suficiente para ti. ¿Pero sabes que? Yo era más que suficiente para ti. El problema era tuyo. Eras el hombre que no sabía qué era el amor verdadero y cómo actuar en una relación sana.
No te diste cuenta de que no puedes hacer cosas que me lastiman pidiéndome que no te las haga a ti. Tenías tu propia versión retorcida de las relaciones y el amor y esta no era buena para mí en absoluto.
Aún así, me perdí por completo en tu amor tóxico. En el constante intento de complacerte, olvidé que también tengo un corazón, un corazón que anhela seguridad y amor. Un amor que nunca podrías darme.
Y por eso, querida, un día cuando menos te lo esperes, me iré. Me alejaré de ti sin intentar aferrarme a algo que ya no está allí. Será difícil para mí, lo sé. Pero esta será la mejor decisión de mi vida.
Me alejaré de ti y ya no me aferraré a algo que ya no está allí.
Y cuando descubras que algo falta en tu vida, me recordarás. Extrañarás a la mujer que yace en tu cama y quiere hablar contigo, la misma que rechazaste tantas veces cuando le dijiste que estabas demasiado cansada y que solo querías dormir.
Me extrañará cuando no conteste sus mensajes durante horas o días. Me extrañarás si no vuelvo a llamar. Y poco a poco, descubrirás que me extrañas más de lo que pensabas. Pero será demasiado tarde, demasiado tarde para nuestra relación.
Cuando hayas reconocido mi valor, estaré tan lejos y comenzaré un nuevo capítulo en mi vida.
Y cuando llegue ese día, verás que no solo has perdido a tu mejor amigo, amante y alma gemela, sino también la oportunidad de tener una vida maravillosa conmigo. Perdiste la oportunidad de llamarme tu esposa mientras sostenía a nuestro bebé en mis brazos. Has perdido la oportunidad de tener tantos hermosos recuerdos y una vida como en un cuento de hadas.
Perdiste mi amor, un amor tan fuerte que podría hacer girar el mundo. Y ese tipo de amor nunca más te volverá a suceder, nunca más lo experimentarás. Sé que intentarás encontrarme en cada mujer que conozcas, pero nunca podrás encontrar una mujer como yo, no importa dónde mires. Siempre faltará una pieza del rompecabezas y esa es la parte que te volverá loco por estar tan cerca y tan lejos de tu pareja perfecta. Y ese sentimiento te devorará vivo.
Pensarás en mí y resolverás la cuestión de si hay alguien que me caliente la cama por la noche. No podrás soportar la idea de que otro hombre me toque el pelo, me abrace, me bese y me diga lo hermosa que soy. Orará y esperará que eso no suceda. Desearías que yo diera la vuelta a la esquina y te abrazara como solo yo sé.
Pero ahora es demasiado tarde para eso, querida. Me perdiste el día que no me elegiste
Y los culpo a todos por ello. Supongo que lo que teníamos no estaba bien. Porque la verdad es que nada de lo real puede verse amenazado.