Estoy cansado de pensar que es mi culpa cuando la gente decide dejar mi vida.
Estoy cansado de mantener la puerta abierta para que la gente se pregunte qué he hecho mal en lugar de darse cuenta de que es su error.
Estoy harto de darle a la gente una razón para quedarse cuando realmente no quiero a nadie que no quiera estar conmigo.
Estoy cansado de invertir tiempo y energía en personas a las que no les importa.
Estoy harto de que la gente, a la que siempre doy todo, rompa conmigo y se vaya cuando se da cuenta de que no tengo nada más para dar.
Estoy cansado de pedir disculpas a las personas que deberían disculparse conmigo.
Estoy harto de sentirme culpable que me consumió incluso cuando no debería.
Estoy cansado de corregir mis errores y atraer a personas a las que no les agradaría si fuera diferente.
Estoy cansado de fingir ser alguien que no soy solo para satisfacer las expectativas de otras personas.
Estoy cansado de esforzarme tanto por las personas que se preocupan poco por mí.
Estoy harto de esperar a que la gente regrese cuando no debería haberse ido.
Estoy harto de quedarme despierto hasta tarde y dejar que mi pasado me persiga.
Estoy cansado de mirar las fotos con pesar cuando otros deberían arrepentirse de las cosas.
Estoy harto de buscar las razones.
Poco a poco empiezo a aceptar que mi destino puede no estar atado a personas que ya no quieren estar aquí.
Tal vez lo que veo como una pérdida al principio sea realmente una ganancia en mi vida porque si pierdo a alguien a quien no le importa hacer un esfuerzo por quedarse, entonces tal vez alguien más realmente tenga un lugar en mi vida que quiera tenerlo.
Poco a poco estoy empezando a aceptar que el destino tiene más que ver con eso que con cualquier otra cosa.
Y por mucho que me gustaría creer que tengo el control de mi vida, poco a poco estoy aceptando que hay cosas que nunca estarán bajo mi control.
Dejo de buscar explicaciones o grandes ofertas cuando alguien se va.
La verdad es que estoy en un punto en el que no te pediré que te quedes si no quieres estar aquí.
No intentaré demostrarte que te merezco en mi vida.
No me esforzaré tanto. Porque las relaciones no deberían ser tan duras y difíciles.
Las buenas relaciones no son con la gente que sigue yendo y viniendo.
La realidad es que si quieres estar en mi vida siempre tendrás un lugar.
Siempre me encontrarás en algún lugar intermedio.
Y poco a poco empiezo a reconocer a las personas que valoro más que a mí mismo. Las personas por las que me esfuerzo demasiado, las personas que temo perder suelen ser las que van primero.
Poco a poco estoy aprendiendo que no se trata de dejar ir. Se trata solo de aprender quién puede abrazarme y quién no.