¿Alguna vez alguien te ha llamado juicioso? Ser demasiado crítico y crítico puede alejar a las personas. Cuando juzgamos a los demás, levantamos un muro entre ellos y nosotros y, al hacerlo, bloqueamos la conexión auténtica. Si nuestros amigos piensan que somos críticos, se abstendrán de decirnos cosas.
Dado que aprendimos a juzgar, es algo que podemos desaprender practicando nuevas formas de ser. Este artículo te ayudará a comprender por qué juzgas a los demás y cómo dejar de hacerlo.
Contenido
por qué juzgamos
Comprender cómo funciona el juicio y por qué juzga puede aumentar su autoconciencia. Al comprender cuán normal es juzgar, puede reducir la cantidad de culpa que siente por juzgar y, como resultado, ser menos crítico.
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1. A nuestro cerebro le resulta fácil juzgar a los demás
Nuestros cerebros están constantemente asimilando nuestro entorno y trabajando para comprenderlo. Parte de ese proceso es etiquetar automáticamente las cosas como positivas, negativas y neutrales. Ser humano significa que tu cerebro hace esto todo el tiempo sin que te des cuenta.
Juzgamos para medir nuestro lugar en el mundo: ¿lo estamos haciendo mejor o peor que los demás? ¿Encajamos? Los humanos somos mamíferos orientados a la cooperación y a formar parte de grupos. Algunas áreas de nuestro cerebro están dedicadas a descubrir cómo ser parte de grupos y llevarse bien con los demás.[1]
El problema es cuando nos encontramos juzgando con demasiada frecuencia y sesgados en una dirección determinada. Si siempre juzgamos a los demás como mejores que nosotros, nos sentiremos infelices. Si constantemente juzgamos negativamente a los demás, nuestras relaciones se verán afectadas.
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2. Juzgar es una forma de autoprotección
A veces juzgamos a las personas por el deseo de creer que no terminaríamos en la misma situación. Cuando escuchamos acerca de alguien que terminó en un lugar muy difícil, nos asustamos.
Por ejemplo, supongamos que nuestro compañero de trabajo descubre que la persona con la que estaban saliendo está casada. Al juzgar las acciones de nuestra compañera de trabajo (“Habría exigido ver su departamento desde el principio, ella era demasiado confiada”), podemos convencernos de que una situación similar no nos podría pasar a nosotros. Este tipo de juicios están relacionados con lo que los psicólogos llaman “La teoría del mundo justo.“Queremos creer que el mundo es en general equitativo y equitativo, por lo que nos encontramos culpando a las víctimas de circunstancias tristes por la necesidad de protegernos.
3. Juzgar puede ayudarnos a sentirnos mejor con nosotros mismos
Los juicios también pueden ser una forma de sentirnos mejor con nosotros mismos cuando nos sentimos deprimidos. Si bien no es lo ideal, muchas personas confían en las percepciones externas para la autoestima.
Cuando nos sentimos mal con nosotros mismos, es posible que miremos a otras personas y pensemos algo como “al menos me va mejor que ellos”.
Por ejemplo, alguien que se siente inseguro por estar soltero puede pensar: “Al menos no me aferro a una relación infeliz porque tengo miedo de estar solo, como algunas personas que conozco”. Entonces pueden sentirse mejor acerca de su situación sin abordar la causa raíz de su inseguridad.
4. Es posible que nos hayan enseñado a juzgar
Muchos de nosotros crecimos en una familia crítica y crítica, por lo que aprendimos a juzgar desde el principio. Nuestros padres pueden haber sido rápidos en señalar nuestros defectos o vincularse con nosotros a través de chismes sobre los demás. Sin darnos cuenta, aprendimos a centrarnos en lo negativo y señalarlo.
Afortunadamente, podemos desaprender muchos de estos comportamientos y practicar una relación positiva con los demás, creando relaciones más sanas y satisfactorias.
Cómo ser menos crítico
Aunque todo el mundo juzga hasta cierto punto, podemos aprender a aceptar más a los demás y darles el beneficio de la duda. Estos son algunos de los mejores consejos para dejar de juzgar a las personas.
1. Aceptar que deshacerse de todo juicio no es posible
Porque juzgar es algo normal que todos hacemos automáticamente, no es algo que podamos simplemente apagar.
Si bien puedes reducir los juicios negativos que haces sobre otras personas y el mundo que te rodea, probablemente no puedas eliminar por completo tu tendencia a juzgar. Es más razonable examinar los juicios y llegar a un punto en el que no tengan un control tan poderoso sobre tu vida.
2. Medita o practica mindfulness
Hay varias formas de meditación. Puede optar por sentarse y concentrarse en su respiración o en los sonidos que lo rodean. Cuando los pensamientos surgen en tu cabeza, aprendes a dejarlos ir y regresar a tu objeto de atención en lugar de seguir el pensamiento.
También puedes practicar la atención plena a lo largo del día poniendo tu atención en lo que estás haciendo y en las cosas que te rodean. Por ejemplo, tenga una comida en la que no vea nada ni use su teléfono. En su lugar, dirija su atención a cómo se ve, huele y sabe la comida. Cuando un pensamiento aparezca en tu cabeza, obsérvalo sin seguirlo.
Este proceso nos enseña que los pensamientos y sentimientos van y vienen. Los pensamientos y los juicios no son malos ni erróneos; simplemente son Tener un pensamiento desagradable no significa que seas una persona desagradable. Simplemente significa que un pensamiento feo apareció en tu cabeza.
Practicar la atención plena con regularidad te ayudará a darte cuenta de cuándo estás juzgando y tomar estos pensamientos con menos seriedad.
3. Investiga lo que juzgas
¿Hay cosas en particular sobre las que eres más crítico? ¿Dónde aprendiste estos mensajes? Puedes investigar un poco para aprender más sobre las personas que juzgas con frecuencia.
Por ejemplo, si se encuentra juzgando a las personas por su peso, puede leer algunos libros de personas que luchan contra los trastornos alimentarios e investigar la ciencia detrás de la adicción a la comida. Aprender las historias de las personas te ayudará a sentir más compasión por ellas. Infórmese sobre los diversos trastornos y discapacidades que pueden afectar el habla, el comportamiento y la apariencia de una persona.
Reconocer lo que desencadena tus juicios te ayudará a ser menos crítico en este momento. Puede notar que sus factores desencadenantes se relacionan más con usted que con los demás. Es posible que descubra que es más crítico cuando está cansado o hambriento. Luego puede tomar las medidas apropiadas, por ejemplo, utilizando la urgencia de juzgar a los demás como una señal para reducir la velocidad y atender sus necesidades.
4. Practica la autocompasión
Debido a que muchos de nosotros nos encontramos juzgando a los demás para fortalecernos, trabajar para crear un sentido seguro de nosotros mismos puede disminuir la cantidad de veces que esto sucede.
Por ejemplo, si se siente inseguro acerca de su apariencia, es posible que se encuentre más en sintonía con la forma en que se ven y se presentan los demás. Si tu autoestima depende de tu inteligencia, puedes ser más duro cuando las personas se equivocan.
Al esforzarte por darte amor incondicional y autocompasión, sin importar cómo luzcas, será menos probable que juzgues a otra persona por lucir descuidada o por tomar decisiones de moda imprudentes.
5. Intenta volverte más curioso
Cuando juzgamos a las personas, asumimos que ya sabemos por qué están haciendo las cosas que hacen. Por ejemplo, cuando alguien nos critica, pensamos: “Se creen mejores que yo”.
Pero tal vez hay algo más en juego. Digamos que esta persona puede estar luchando para tratar de cuidar a un padre enfermo mientras cría a sus hijos pequeños, trabaja y estudia, y todo brota. La verdad es que nunca sabemos realmente por lo que está pasando otra persona.
Cuando te encuentres juzgando a los demás, trata de hacer preguntas en su lugar. Trate de sentir verdadera curiosidad mientras se pregunta: «Me pregunto por qué están actuando de esa manera». Si necesitas ayuda, prueba nuestro artículo: cómo interesarse por los demás (si no eres curioso por naturaleza).
6. Interactúa con personas diferentes a ti
Hay un dicho que dice: «Si puedes entender a alguien, puedes amarlo». Conocer a personas de diferentes orígenes, culturas, edades, etnias, creencias, etc., lo ayudará a comprender mejor de dónde vienen y, a su vez, a ser menos crítico.
7. Practica notar lo positivo
Intente notar los esfuerzos y las cualidades positivas de las personas. Puedes practicar escribir cosas buenas que sucedieron todos los días. Comience escribiendo tres cosas al día y aumente lentamente a medida que comience a notar cosas más positivas que sucedieron, que hizo usted o que hicieron otros. Hacerlo regularmente puede ayudarlo a cambiar a una mentalidad más positiva y menos crítica.
8. Replantear el juicio
Cuando te sorprendas juzgando negativamente a alguien, trata de encontrar otro lado de las cosas. Por ejemplo, si está juzgando a alguien por ser ruidoso y ocupar espacio, vea si puede permitirse valorar su confianza en sí mismo.
9. Cíñete a los hechos
Cuando juzgamos a alguien, tenemos nuestra propia historia en marcha. Separe lo que sabe que es verdad de la historia que se está contando a sí mismo sobre los hechos. Por ejemplo, sabes que alguien llega tarde, pero no sabes toda la historia de por qué es así.
10. Recuerda que no tienes todas las respuestas
Nunca podemos saber realmente qué debería hacer otra persona porque no conocemos toda su historia. Incluso cuando conocemos a la persona extremadamente bien, no podemos saber qué le está pasando internamente o qué le depara el futuro. Recordar que no siempre sabemos lo que es mejor puede ayudarnos a mantenernos humildes y ser menos críticos.
Preguntas comunes
¿Por qué parezco crítico?
Los comentarios que creas que son neutrales pueden resultar críticos. Por ejemplo, «Ha engordado mucho» puede ser un hecho, pero probablemente parezca duro e inapropiado. Si alguien dice que eres crítico, es posible que estés compartiendo pensamientos que es mejor mantener en privado.
¿Es posible dejar de juzgar a las personas?
Si bien probablemente no sea posible dejar de juzgar a las personas por completo, puedes aprender a reducir la cantidad de juicios negativos que haces sobre los demás y a dejar de tomar tus juicios tan en serio.