¿Te cuesta hablar con claridad? ¿Tus palabras salen mal, confusas o sientes que no puedes pensar en las palabras cuando hablas?
Si es así, no estás solo. A muchas personas les cuesta confundir palabras al hablar o les salen mal las palabras, especialmente cuando están bajo presión o se sienten inseguras o nerviosas.
Este artículo lo ayudará a aprender más sobre los problemas del habla, incluido cómo superar la ansiedad del habla, convertirse en un mejor orador y comunicarse de manera más clara y efectiva.
Contenido
Ansiedad: una causa común de problemas del habla
Los problemas del habla y la ansiedad social a menudo van de la mano.[1, 2] Estar nervioso y ansioso en situaciones sociales puede dificultar la comunicación de manera fluida y clara. Desafortunadamente, esto puede crear un círculo vicioso, y cada error lo pone más nervioso y menos fluido.
A continuación, se muestran algunos problemas comunes del habla relacionados con la ansiedad:[3, 4, 5]
Si puede hablar con fluidez y sin dudarlo en conversaciones con amigos cercanos y familiares, pero no en el trabajo, en grupos, en citas o con extraños, es más probable que la ansiedad sea la causa.
En estas interacciones de alta presión, muchas personas experimentan un aumento de la ansiedad, lo que puede dificultar el pensar y hablar con claridad. Según la investigación, el 90% de las personas experimentarán ansiedad social en algún momento de sus vidas, lo que hace que este sea un problema increíblemente común.[6]
Si tiene dificultades para pensar o hablar con claridad, puede utilizar estos consejos para superar los problemas de fluidez del habla, tartamudeo o tartamudeo. Estas estrategias pueden ayudarlo a reducir su ansiedad y mejorar sus habilidades para hablar. Con la práctica regular, a menudo es posible convertirse en un mejor orador y comunicarse con mayor fluidez y claridad.
1. Relájese y suelte la tensión
Cuando la gente se pone nerviosa, se pone tensa. Su cuerpo, postura e incluso sus expresiones faciales se vuelven mucho más rígidas y tensas.[4] Al relajar intencionalmente los músculos y encontrar una postura cómoda y relajada, puede reducir su ansiedad y sentirse más seguro.
Utilice estas habilidades para trabajar en ser menos rígido y tenso con los demás:[5, 7]
- Relaje su rostro bostezando, aflojando y abriendo la mandíbula, guiñando los ojos e incluso haciendo muecas. De manera similar a cómo el estiramiento mejora su fuerza y flexibilidad, estos ejercicios pueden facilitar la expresividad.
- Ejercicios de respiración también puede ayudarlo a relajarse y soltar la tensión. Una técnica fácil es la técnica 4-7-8 que consiste en inhalar durante 4 segundos, mantener durante 7 segundos y exhalar durante 8 segundos.
- Relajación muscular progresiva implica tensar un grupo de músculos y mantenerlo durante unos segundos antes de exhalar y relajar. Comience con el área de su cuerpo donde mantiene la mayor tensión (es decir, los hombros, el cuello, el estómago o el pecho) y practique apretar y sostener este músculo durante 5-10 segundos y luego soltarlo mientras exhala.
2. Practica la atención plena
Si tiene problemas de ansiedad social, es posible que a menudo se dé cuenta de que está pensando demasiado en cada interacción. Esto aumenta su ansiedad y lo hace más consciente de sí mismo, lo que dificulta la comunicación abierta y libre.[6] Puedes revertir este hábito nervioso saliendo de tu cabeza y concentrándote en algo del presente.
Esta práctica se llama atención plena e implica desviar su enfoque de sus pensamientos y se puede realizar de varias maneras. En estudios, se ha demostrado que los ejercicios de atención plena reducen la ansiedad social y la atención centrada en uno mismo.[8]
Intente usar la atención plena de la siguiente manera:
- Usar sus 5 sentidos para concentrarse en lo que puede ver, oír, oler, saborear o tocar
- Centra toda tu atención en otra persona y en lo que está diciendo.
- Realización de una sola tarea al dedicar toda su energía y atención a una tarea a la vez
3. Imagínese hablando con fluidez
Cuando está nervioso, es posible que tenga la tendencia a preocuparse por todas las formas en que podría avergonzarse en una conversación. Si puede aprender a usar su imaginación de una manera más positiva, es posible reducir los sentimientos de ansiedad. Esto facilita la comunicación de forma clara y eficaz.
Cuanto más imagines y visualices una conversación positiva, más seguro te sentirás al acercarte a las personas, entablar conversaciones triviales y tener interacciones. Imaginar superar un bloqueo del habla también puede ayudarlo a sentirse más seguro, incluso si termina tropezando. En estudios, se demostró que las técnicas de visualización positiva ayudan a las personas a reducir su ansiedad del habla.[9]
Use su imaginación para visualizar resultados positivos como:
- Personas que le brindan una ovación de pie después de un discurso o presentación.
- Alguien sonriendo, asintiendo con la cabeza y muy interesado en lo que tienes que decir
- La gente te dice que les gustó hablar contigo.
- Hacer a la ligera una palabra que sale mal o mezclada
4. Prepárese para una conversación
A veces, la razón por la que puede estar tropezando con las palabras o perdiendo el hilo de una conversación es porque está interviniendo demasiado rápido. Cuando le da miedo hablar, es posible que simplemente desee «terminar de una vez», lo que puede hacer que hable antes de pensar realmente en lo que quiere decir. Cuando lo apresuran y lo presionan, es más probable que sus palabras salgan mal o confusas.
Está bien tomarse un tiempo para comenzar una conversación antes de hablar, especialmente si está realmente nervioso. Aquí hay algunas formas de ganar tiempo y ‘entrar en calor’ lentamente para una conversación:
- Saluda a las personas y pregúntales cómo les ha ido
- Hacer preguntas que hagan que otras personas hablen de sí mismas.
- Dedique tiempo a escuchar a otras personas para tener una idea de lo que les interesa discutir antes de comenzar una conversación.
- Al unirse a una conversación grupal, tómese un tiempo para escuchar para comprender de qué están hablando.
5. Practica la lectura en voz alta
El habla fluida suele ser el resultado de mucha práctica. Si bien hablar con la gente y tener más conversaciones le brinda esta práctica, también puede practicar por su cuenta leyendo en voz alta. Si es padre, puede hacer una rutina de leerle cuentos a su hijo. Incluso si está solo, puede practicar la lectura en voz alta para mejorar al hablar.
Aquí hay algunos consejos sobre cómo mejorar su habla a través de la práctica:[5]
- Practique el uso de diferentes ritmos para encontrar un ritmo que se sienta cómodo / natural
- Practique pausar y cambiar su tono para enfatizar ciertas palabras
- Proyecte su voz para que sea alta y clara
- Considere la posibilidad de grabarse a sí mismo para aprender más sobre su estilo y patrones de habla.
6. Reduzca la velocidad, respire y encuentre su voz natural
Muchas personas comienzan a hablar más rápido y a no respirar cuando están nerviosas durante un discurso o incluso una conversación normal.[5] Al reducir la velocidad, hacer pausas y recordar respirar, sus palabras pueden fluir con más naturalidad y sus conversaciones se sentirán menos forzadas.
Pausar e ir más lento también brinda otros beneficios, que incluyen:
- Dándote más tiempo para pensar
- Ayudándote a ser más intencional con lo que dices
- Dar a los demás la oportunidad de digerir lo que dices
- Invitar a las personas a responder y hacer que la conversación sea menos unilateral
Cuando busca mejorar sus habilidades para hablar, desea trabajar para encontrar y desarrollar una voz eficaz para hablar. Una voz que habla eficaz es aquella que:[5]
- Refleja tu personalidad
- Es agradable y cálido
- Puede captar la atención de las personas (incluso sin gritar)
- Puede reflejar muchos matices de emoción y entusiasmo.
- Es fácil de escuchar y comprender
7. Tenga más conversaciones telefónicas
Las conversaciones telefónicas brindan una excelente práctica para las personas que luchan con la ansiedad del habla o incluso solo para las personas que desean mejorar al hablar con las personas. Si eres alguien que tiene dificultades para leer las señales sociales, las conversaciones telefónicas pueden ser menos abrumadoras que las conversaciones en persona, lo que te permite concentrarte en hablar y escuchar.
Si tiene el hábito de enviar mensajes de texto o correos electrónicos a amigos, familiares o compañeros de trabajo, intente levantar el teléfono y llamarlos. Incluso si está pidiendo una pizza, llame a la tienda en lugar de hacer un pedido en línea. Cada llamada telefónica le permite adquirir una práctica valiosa para tener una variedad de conversaciones y le ayuda a mejorar su capacidad de hablar de forma clara y concisa.
8. Conozca su mensaje
Saber lo que quiere comunicar también es la clave para comunicarse de forma fluida y clara. Por ejemplo, es posible que desee presentar una idea o compartir comentarios durante una reunión. Cuando puede identificar su mensaje con anticipación, puede mantenerlo claramente en su mente o incluso puede escribirlo como recordatorio. De esa manera, es mucho menos probable que abandone la reunión sin haber dicho lo que tenía la intención de decir.
Incluso las conversaciones casuales suelen tener un mensaje o un punto. Por ejemplo, podrías visitar a un amigo cuando esté pasando por un momento difícil con la intención de hacerle saber que estás ahí para él, o quizás quieras llamar a tu abuela solo para hacerle saber que estás pensando en ella.
9. Experimente con énfasis cuando hable
Cuando dices una palabra, puedes mantener el tono de voz plano o curvarlo. Ya sea que su inflexión suba, baje o permanezca plana, es importante transmitir el significado de sus palabras. Las inflexiones planas son más difíciles de entender (piense en esas voces en off de computadora en los videos de Youtube). Al cambiar el tono, el volumen y la inflexión de su voz, pone énfasis en ciertas palabras, lo que ayuda a transmitir su mensaje.
Poner énfasis en las palabras adecuadas es la clave para comunicarse de forma clara, eficaz y precisa. Cuando te equivocas, es mucho más probable que otros te malinterpreten.
10. Aprenda a recuperarse de los errores.
Incluso las personas que hablan profesionalmente a veces cometen errores, confunden sus palabras o hablan mal. Si su objetivo es ser perfecto, es probable que se quede corto y sea mucho más probable que caiga en espiral si confunde, pronuncia mal o mezcla una palabra. En lugar de dejar que estos pequeños errores te desanimen, practica cómo recuperarte de ellos sin problemas.
Aquí hay algunas formas de recuperarse cuando habla mal:
- Use el humor para alegrar el estado de ánimo diciendo: «¡No puedo hablar hoy!» o, «¡Acabo de inventar una nueva palabra!». El humor hace que los errores parezcan menos importantes y te ayuda a superarlos más fácilmente.
- Retroceda si siente que la conversación no va en la dirección que desea. Intente decir: «Déjame intentarlo de nuevo», «Déjame repetirlo» o «Rebobinemos …». Estas señales verbales le brindan una manera fácil de retroceder o comenzar de nuevo cuando comete un error.
- Haga una pausa, deje de hablar y tómese un minuto para ordenar sus pensamientos. Si nadie más está hablando, incluso puede decir: «Déjame pensar un minuto». Esto evita que el silencio se vuelva tenso o incómodo mientras le da tiempo para pensar.
Pensamientos finales
Si a menudo siente que está tropezando o tropezando con sus palabras, puede ser porque tiene ansiedad social o ansiedad del habla. Ambos son problemas muy comunes y es más probable que aparezcan en conversaciones de alto riesgo o cuando se sienta nervioso. Muchas personas luchan con estos problemas, pero existen muchas formas comprobadas de superar el problema.
Si bien su primer instinto puede ser evitar las conversaciones debido a su ansiedad y problemas del habla, la evitación tiende a empeorar ambos problemas. Al esforzarse para practicar más hablar (tanto por su cuenta como con los demás), se volverá menos ansioso, más seguro y mejor para hablar. Con la práctica, puede fortalecer su voz y convertirse en un hablante mejor, más claro y fluido.
Algunos problemas del habla son signos de un trastorno del habla subyacente o incluso un problema de salud grave como un derrame cerebral. Hable con un profesional médico si experimenta problemas habituales del habla, como tartamudeo, «pérdida de palabras» o dificultad para hablar, o si estos los problemas del habla aparecen de repente.